LA ACUMULACIÓN POR EXACCIÓN FINANCIERA Y LA ACTUAL CRISIS

Por Javier Ortega





Sumario

1. Resumen 1
2. La Acumulación por Exacción Financiera en el Capitalismo Actual. 1
2.1. Formas de apropiación del excedente económico en el capitalismo. 2
2.1.1. La acumulación por exacción financiera: por improductividad más
emparentada con la originaria. 3
2.2. El Poder. 7
2.2.1. El conflicto según especialistas. 9
2.2.2. Hegemonía y disciplinamiento. 10
2.2.2.1. La acumulación por exacción financiera es aceptada como natural. 12
3. La Crisis Actual y la Exacción Financiera. 13
3.1. América al rescate del sistema financiero: un caso de acumulación
por exacción financiera a gran escala. 15
3.1.2. El orden de Bretton Woods. 18
3.1.2.1. De la Reserva Federal de los Estados Unidos. A imprimir dólares. 22
4. Algunas Conclusiones. 23
5. Bibliografía. 26


1. Resumen
En este trabajo desarrollaremos la concepción teórica de un tipo de acumulación distinto a aquellos que el marxismo conceptualiza como acumulación originaria y acumulación por reproducción. Este modo diferente de acumulación lo denominaremos acumulación por exacción financiera. Trataremos de explicar como funciona intentando poner énfasis en un factor que en la ciencia economía las más de las veces es pobremente abordado: El Poder.
Sostendremos que, al igual que en los otros tipos de acumulación, la acumulación por exacción financiera requiere de un ejercicio del Poder para imponerse y perpetrarse de manera sistémica sobre las mayorías. Luego, intentaremos ejemplificar este tipo de acumulación en el contexto de la crisis actual.
Finalmente, formularemos conclusiones y realizaremos un pensamiento prospectivo para determinar cual será el conflicto principal y endógeno al sistema descrito para el futuro inmediato.

2. La Acumulación por Exacción Financiera en el Capitalismo Actual
Es aceptado que el tipo de acumulación por reproducción insito en el sistema capitalista tiende a sufrir crisis cíclicas por exceso de producción, esto es superproducción de bienes y servicios ofertados, con relación a la demanda solvente que pueda adquirirlos. Quede claro que no hablamos de que no haya necesidades de bienes. Lo que no hay son los sujetos con capacidad de pagos en la cantidad necesaria para absorber la producción creciente necesaria para mantener la tasa de ganancia, algo insito en la lógica capitalista. Cuando ocurren las crisis de superproducción, el autor David Harvey señala que las burguesías, para evitar la perdida de ganancias acude a un tipo de acumulación no descrito por al teoría marxista que el denomina “acumulación por desposesión” (Harvey, 2003).
Harvey, por ejemplo, se refiere a tipos de acumulación por desposesión a escala internacional, corporizada por las crisis regionales (Sudeste Asiático, Latinoamérica, Rusia, Turquía, etc.) en donde luego de procesos devaluatorios instados desde los Estados centrales y los entes multilaterales de crédito, los agentes financieros podían apropiarse por céntimos de valiosos activos de las naciones caídas en desgracia.
Por nuestra parte, y tomando el valioso aporte de Harvey de tratar de describir un tipo de acumulación distinto al originario y por reproducción, intentaremos considerar la cuestión que refiere a la apropiación de un excedente producido por otro sin que medie violencia formal ni subordinación directa del desapropiado respecto al desapropiador en el proceso productivo donde ese excedente es generado
[1].
A su vez, vincular esa toma de excedente producido “por otro” como resultado de relaciones de Poder, que como sucede la más de las veces, es ejercido de manera no percibida linealmente.

2.1. Formas de apropiación del excedente económico en el capitalismo.
En la acumulación por reproducción, el excedente económico es apropiado por el sujeto capitalista, que es el que detenta el poder por su relación (de propiedad o gerenciamiento) con los medios de producción tierra y capital. Sobre la base de esta ventaja, el capitalista organiza las tareas de los trabajadores dándole a cambio un salario. Trabajo que se aplicara a la tierra (capital natural) o al capital físico construido o capital intangible (servicios). Por medio de este trabajo aplicado, se generará una mercancía que será capaz de satisfacer alguna necesidad humana.
El capitalista entonces se hará del excedente a través de un sistema de captura de la plusvalía. El trabajador a través de su acción física e intelectual crea o aumenta el valor de una determinada materia prima, o realiza alguna actividad inmaterial (servicio). Esta materia prima (transformada en un Bien por la acción del trabajador) o el servicio, salen al mercado convertidos en mercancías. Mercancías que alguien necesitará para satisfacer una necesidad y por la cuales alguien pagará. Del pago por esas mercancías creadas por el trabajador, a éste último le será dado (en forma de salario o jornal) solo una parte. La otra parte se la apropiará capitalista bajo cuya órbita se desempeñaba el trabajador. Con ella, el capitalista, luego de satisfacer sus necesidades propias, reintroducirá el sobrante con el fin de reiniciar el ciclo productivo de nuevo. Como por ejemplo comprar nueva materia prima, para fabricar nueva mercancía, para venderla nuevamente en el mercado. Así el capital se reproduce y el capitalista va acumulando a través de la repetición de los ciclos. .
Esta forma de acumulación es más evolucionada a otra forma que los marxistas denominan acumulación originaria, la que se produce por el desapoderamiento liso y llano a través de procedimientos formalmente violentos de los medios de producción como la tierra cultivable (por ejemplo en Inglaterra cuando el poder feudal despojó al campesinado de sus tierras) o recursos materiales (por ejemplo el saqueo de las riquezas metalíferas por parte de los conquistadores españoles en América). Incluso el desapoderamiento violento puede alcanzar al mismo hombre en su integridad en el caso de la esclavitud. El valor obtenido de esta apropiación forzosa será el punto de inicio que da lugar a otro tipo de acumulación, el que se da por reproducción y que conlleva mayor complejidad.

2.1.1. La acumulación por exacción financiera: por improductividad más emparentada con la originaria.
En nuestra opinión, además de los modos de acumulación descritos, existe un tercero más cuyo indicio conceptual estaría dado por Harvey, pero que requiere de una más exhaustiva caracterización e identificación precisa ya que no es excepcional, está siempre presente e invade todas las relaciones de producción, intercambio y asignación del excedente en el capitalismo actual . Este tercer modo de acumulación se corporiza en serie de instrumentos, pero donde más ramplonamente la vemos es en la operatoria de las finanzas especulativas. Finanzas especulativas que asignan recursos de manera independiente a su producción en la economía real, que es justamente donde estos recursos son generados. Pero veamos un poco que son las finanzas.
Las finanzas son aquella parte de la actividad económica que se ocupa de la impresión, obtención y gestión del dinero y de otros valores como títulos, bonos, etcétera. O sea, del manejo del dinero. A su vez los bancos son las instituciones que principalmente se ocupan de la intermediación financiera. En otras palabras, son entidades cuyo fin es arbitrar en el tiempo, la forma y el destino que se darán de los flujos de dinero. Esto se hace a través del comercio, ya que los bancos no son otra cosa que un sujeto mercantil que compra, vende y distribuye ese tipo de mercancía que es el dinero.
El dinero
[2] es una mercancía más. La diferencia está en su versatilidad, ya que el dinero es una forma de mercancía aparecida en una etapa superior de la evolución social e instituida solo y exclusivamente por sus propiedades de intercambio, de reserva y referencia de valor, prescindiendo absolutamente de las de uso. El dinero tiene valor abstracto, simbólico. El dinero es la mercancía simbólica que referencia el valor y sirve para el intercambio de mercancías reales que satisfacen necesidades humanas. No vale por su valor de uso, esto es las utilidades que podrían tener el papel de billete o el acero de la moneda[3]. El dinero es la mejor forma de separar al individuo singularmente considerado del producto de su trabajo. Con dinero se compra la mercancía. Esto es, con dinero compro la agregación del valor que hace el trabajo, que hace el trabajador. Dinero, elemento idóneo que des-subjetiva la actividad creativa y transformadora del trabajador. Actividad creativa y transformadora que es la única capaz de satisfacer las necesidades humanas. Las necesidades del hombre se cubren por medio de su trabajo Al tener el dinero tanta importancia, lo tendrán también aquellos que organizan su tenencia y manejen sus flujos. Pues quien maneje los flujos dinerarios, estarán manejando energía del trabajo que ese dinero compra. La cuestión de emisión, arbitrio y manejo del dinero es una cuestión política. De Poder.
El sistema financiero que maneja el dinero debería ser un instrumento de racionalización para dinamizar la producción y el intercambio de bienes y servicios. Es, al decir de Joseph Stiglitz, “el cerebro” de la economía que debería decidir a que actividad productiva se dirigirá ese recurso escaso que es el capital (Stiglitz, 2002). Adonde se dirigirá el dinero.
Sin embargo, en la actualidad las finanzas (como simbología abstracta que son) se desconectan con la economía real que deberían referir y representar. Los flujos de capital financiero se mueven a través de un mercado inmaterial en donde las dimensiones espaciales no son relevantes, hay gran incertidumbre respecto al futuro, la información disponible no es completa siendo a su vez susceptible de ser distorsionada a favor de sectores de interés que llegan a beneficiarse de esas distorsiones.
Entiéndase lo siguiente: los flujos de capital financiero han adquirido una lógica distinta de la economía real, esto es, del cuerpo productivo real no simbólico a la que ellas deberían representar, pero de cuya racionalidad se han apartado. Pero esto no es casual. La secesión de las finanzas simbólicas respecto a la productividad real es un efecto querido e instrumentado por el Poder concentrado que lo usa como mecanismo de captura y apropiación de excedentes que producen otros. Esto no ya a nivel de empresa, fábrica o corporación. Esto se da a escala global. Y tiene por sujetos pasivos a la gran mayoría de la población. Es una cuestión de Poder.
Es por ello que por las transacciones financieras minorías privilegiadas pueden obtener ganancias a pesar de que la producción general se registren pérdidas. Este fenómeno se explica por una forma de acumulación capitalista que va cobrando importancia en este modelo: la acumulación por exacción financiera.
La posibilidad de que unos pocos puedan obtener ganancias en el virtual mundo de las finanzas a costas de los muchos corre por cuerda separada de la productividad real. Cuando no responden a lógicas productivas (esto es enviar el capital –dinero-a una actividad fructuosa con potencialidad de satisfacer necesidades) los mecanismos financieros a veces igualmente pueden obtener lucro. Lo que reviste apariencias mágicas. ¿Cómo se ha hecho aparecer esa utilidad, donde se ha creado el excedente, si la producción no ha aumentado? ¿De dónde salió el beneficio mensurable si de hecho no se generó ninguna actividad que satisfaga necesidades humanas?
Son variadas las operaciones financieras que permiten generar ganancias a través de simples transacciones simbólicas que no satisfacen necesidades materiales de nadie. Por ejemplo el lucro puede obtenerse merced a las fluctuaciones especulativas entre intercambios de instrumentos abstractos, como el que se produce en la compraventa de divisas, o el comercio con títulos que representan deuda soberana de los Estados o privada de las empresas. También a través de préstamos a tasas de interés usurarias y variables. O en operaciones bursátiles tranzando acciones que representan una cuota ideal de una empresa, con una lógica desconectada del rendimiento económico real de la empresa de que se trate. O con manejos en mercados a futuros o derivativos, operando con expectativas interesadamente inducidas. En otros, los indicadores de la economía financiera que funcionan como referencia de valor, sobreelevan determinados bienes o activos de la economía real por los que se terminan pagando montos desproporcionadamente altos para adquirirlos.
Cuando gracias a estas fluctuaciones simbólicas y virtuales surge un actor que se apropia de un excedente que es real, el esquema semeja a una ecuación suma cero. Esto es, lo que ganan ciertos operadores por medio del arbitraje financiero-simbólico es lo que les están extrayendo a otros actores que fueron quienes produjeron esa ganancia en la economía real, pero fueron desposeidos de ellas. No se ha generado entonces nada nuevo en el arbitraje financiero. Lo único que hizo el arbitraje fue transferir lo ya existente de una mano a otra. Gracias a una compleja institucionalidad del sistema financiero, esto que algunas veces conlleva despojo, puede hacerse por mecanismo desprovistos de violencia formal. Es lo que llamaremos mecanismos de acumulación por exacción financiera.
El sistema de acumulación por exacción financiera, merced a la explosión de las finanzas a nivel global ha ocasionado que las enormes mayorías productoras del excedente sean desapoderadas de él sistemáticamente a través de una institucionalidad montada en complejas arbitraciones financieras, que son operadas por minorías que gozan del manejo de la información. Del Poder político (que nada tiene que ver con el poder político institucional formal). En síntesis, de minorías que pueden derramar su Poder sobre las mayorías recipiendarias. El arbitraje financiero que extrae el excedente requiere de una dimensión de Poder que lo haga posible. Acá no estamos hablando de un accidente o fallas del mercado (Goransky, 2004). Acá hablamos de un esquema de Poder que se ejerce reflexivamente por quienes son sus beneficiarios, y se configuran en extractores de la utilidad que produjeron otros.
El complejo financiero le permite a las minorías beneficiarias apropiarse de utilidades que ellas no produjeron. Pero esto no es automático. Para ello, las minorías deberán derramar su Poder sobre las mayorías perjudicadas en diversas modalidades. Este poder se vehiculiza (e institucionaliza) en distintas formas. Poniendo en circulación datos e información falsa, sin correlato con la economía real para generar expectativas erróneas (Ej.: Inducir una compra de divisas masiva para lograr una devaluación que licue salarios y deudas de esas minorías que estén nominadas en moneda nacional). Hegemonizar instalando pautas culturales para que las mayorías desposeídas presten consenso y observen dócilmente conductas que le son perjudiciales (Ej.: Promover el endeudamiento a tasas usurarias para solventar gastos superfluos). O directamente, vía la cooptación del Estado, imponer regulaciones de cumplimiento compulsivo que importan una captura del excedente a favor de las minorías (Ej.: La estatización de deudas privadas).
Las minorías que manipulan el sistema financiero virtual y abstracto se apropian del excedente que es producido por las mayorías en la economía real y material. Estas transferencias en favor de las minorías se operan siempre a través de la economía simbólica, virtual o financiera. El mecanismo de acumulación que realizan los beneficiarios de estas transferencias permanentes son de exacción y diferentes al sistema de acumulación originaria o por reproducción.
Así los sujetos que dominan las finanzas capturan el excedente producido por el trabajo de otros sujetos, que tienen que forzosamente realizar sus transacciones a través de un sistema financiero que se les impuso y que ellos no controlan.
Ejemplos de estas formas de obtener ganancias capturando el excedente producidos por otros podemos dar algunos. Cuando el Estado estatiza deudas contraídas por empresas privadas, transfiriendo al erario público (o sea la ciudadanía en general) obligaciones de pago que eran de sujetos privados. Sujetos privados que se habían beneficiado de los desembolsos habidos por endeudamiento, pero que luego se desembarazaron de ellos al asumirlos el Estado. Caso típico es la formación de la deuda externa de los países latinoamericanos a través de múltiples estatizaciones. Ganadores los sujetos privados de la minoría. Perdedores, todos los contribuyentes.
Otro caso estaría dado por los aportes que vía descuento obligatorio en los salarios se realiza a favor de fondos de pensiones que son gestionados por sujetos privados. El fin de estos fondos es lograr un ahorro y capitalización que garantiza la jubilación futura de los aportantes. Pero sucede que al llegar a la edad jubilatoria, se le informa al aportante que los emolumentos que les habían sido descontados periódicamente durante toda su vida se han perdido, porque fueron colocados en inversiones financieras que no dejaron réditos. Así, al sujeto aportante se le desposeyó durante años de parte de su salario un emolumento que nunca le será retribuido. La solución como siempre será que el Estado se hará cargo una vez más de la deuda, pagando finalmente las jubilaciones de los aportantes defraudados. Ganadores los fondos de pensión. Perdedores los aportantes y los contribuyentes.
Las devaluaciones inducidas a través de rumores o corridas provocadas con el objetivo de potenciar el poder de compra de la divisa extranjera que un sujeto privado posee, mientras que por otra parte se licua las deudas en la moneda nacional devaluada que ese mismo sujeto contrajo, es otro mecanismo. Ganadores los tenedores de divisas. Perdedores los asalariados que cobran en la moneda nacional que ahora se le ha restado su poder de compra vía devaluación.
Hay muchos más. Las tasas de interés incrementales usurarias que deben pagar las personas físicas que contrajeron una deuda de largo plazo es otra variante. Las bancarizaciones obligatorias que sufren los trabajadores cuando sus salarios los perciben por una cuenta del banco, cobrando el banco todo tipo de comisiones por ese servicio. Más adelante mencionaremos otras formas de acumulación por exacción financiera.
Una definición:
Acumulación por exacción financiera es el despojo que un sujeto (activo con poder) realiza por medio de maniobras de la economía simbólica, en perjuicio de otro sujeto (pasivo sin poder) capturándole el excedente que produjo este último. Los rasgos propios de la acumulación por exacción financiera la diferencian de las acumulaciones por reproducción y originaria son:
a. Que el sujeto activo no ha dirigido, participado ni gerenciado el proceso productivo donde el sujeto pasivo creo el excedente que le desapropiará.
b. Que el sujeto activo no empleó contra el sujeto pasivo medios formalmente violentos ni antijurídicos para perpetrar el desapoderamiento.

2.2. El Poder
Siguiendo los aportes de Jacob Goransky
[4] (Goransky, 2004) creemos que para abordar las cuestiones de la economía es un despropósito científico manifiesto no referir o aproximarse a la naturaleza del Poder, de quienes lo detentan y que imponiendo un complejo relacional determinado, regulan la productividad y el mercado. Por nuestra parte lo entendemos mucho mas inexcusable cuando abordamos procesos de racionalización simbólica que configuran (e imponen) un complejo durable y sistemático extractor del excedente y redistribuidor del mismo. Como lo configuran las finanzas especulativas.
La palabra Poder proviene del latín potere, que significa ser capaz. La raíz de la palabra es poti, que significa poderoso, el que tiene el Poder, el que es capaz de. Entonces, quien es poderoso, es quien tiene el Poder. Y tener Poder es tener la capacidad para hacer algo. ¿Hacer que cosa con esa capacidad? Hacer algo que le dicte su voluntad que quiera hacer. ¿Y que le dictará hacer su voluntad? Seguramente algo que le reporte bienestar para sí.
Cuando estamos en el campo de la economía (donde la constante que trasvasa todo es la escasez de los recursos) probablemente la voluntad del titular del Poder, de quien tiene la capacidad de actuar, se dirija a un recurso que también es querido, anhelado, codiciado por otro. Hay otra voluntad entonces que se dirige también al mismo recurso que fue querido por el poderoso. Aquí se plantea el conflicto de intereses. La disyuntiva será, o establecer alguna vía cooperativa para resolver la superposición de intereses entre el poderoso y quien no lo es… o de ir directamente a la pugna por el recurso. Y en caso de que se configure la vía de la pugna, quien tenga más capacidad de acción prevalecerá sobre el que tenga menos, quedándose para si con el recurso. Una voluntad (la del poderoso) derrota a la otra voluntad (la del no poderoso). La voluntad triunfante será la que cuente con más Poder para realizar su propósito volitivo.
Max Weber define; “poder se entiende, cada oportunidad o posibilidad existente en una relación social que permite a un individuo cumplir su propia voluntad”. Voluntad que puede encontrarse, según vimos, en conflicto con otras voluntades, algo cotidiano en la economía donde la esencia es la escasez de recursos.
Los medios que tiene el titular del Poder para imponer su voluntad sobre la voluntad del otro es justamente que, como es poderoso, cuenta con más capacidad de acción y puede reducir al otro a su designio. Lo que podrá realizar aplicándole violencia física, o sujetándolo a regulaciones y sistemas que lo obliguen a observar una conducta determinada, o intimidándole con infringirle un perjuicio sino hace lo que se le pide.
Pero en el parágrafo anterior estamos en un caso casi diríamos extremo. Estamos suponiendo que hay, frente a la voluntad del poderoso, otra voluntad que lo confronta. Aunque sea con menos medios y menos capacidad. Pero aún desde esa inferioridad, algo pugna, molesta, inquieta, estorba al poderoso. El “no poderoso” está intentando resistir. Por eso, para el poderoso lo mejor será que ni siquiera lo intente. El escenario más conveniente para la voluntad del poderoso es que no exista voluntad que se le oponga. Lo ideal es entonces vaciar de voluntad a quien, por perjudicado, debería erigirse en contendiente.

2.2.1. El conflicto según especialistas
Para Karl Von Clausewitz, la guerra es un acto de fuerza que se lleva a cabo para obligar al adversario a acatar nuestra voluntad. Cuando se quiera abatir al oponente, hay que aniquilar su capacidad de resistencia. La capacidad de resistencia del oponente se manifiesta por los medios materiales con que el oponente cuenta… y por su fuerza de voluntad. Respecto a la fuerza de voluntad, Clausewitz enseña que es difícil de mensurar, pero tendremos una idea de ella por la fortaleza del motivo que la impulsa. (Von Clausewitz, 1999).
De este modo, la guerra es un choque de dos voluntades opuestas que llegan a las hostilidades con tal de imponerse una sobre la otra. Prevalecerá aquella voluntad que reúna más medios materiales en el momento preciso del choque… además de estar mejor motivada para vencer. La voluntad más voluntariosa. De lo que se colige que quebrar la voluntad del adversario es el objetivo a alcanzar. Y si se la puede anular vaciándola de contenido, cuanto mejor.
A este punto, le acotaremos tres máximas del “Arte de la Guerra” de Sun Tzu, libro de moda de la élite del mundo de los negocios financieros:
· “El arte de la guerra se basa en el engaño.”
· “Someter al enemigo sin luchar es la suprema excelencia.”
· “La meta es tomar intacto todo cuanto hay bajo el cielo, mediante consideraciones estratégicas. Como resultado, sus tropas no se desgastarán, y las ganancias serán completas.” (Sun Tzu, 2006).
¿Adonde queremos llegar? A que nos parece ver en mucho de la estructuración de economía simbólica de las finanzas a un sofisticado medio masivo y engañoso para extraer el excedente de los muchos que lo producen, en favor de los pocos que terminarán gozando de él. Se trataría de un orden de dominación (otro más de los tantos) que imponen sujetos con el Poder para hacerlo sobre sujetos más débiles, y así servirse del producido del trabajo de estos últimos. Es más complejo, difuso, abarcativo, abstracto que otros órdenes como pueden serlo la explotación directa del trabajador a través de salarios bajos, la restricción manifiesta al acceso a determinados derechos o la directa desposesión violenta. El éxito del esquema de la extracción por medio de las finanzas es que la exacción es masiva, a gran escala, pero se da con aparente carencia de violencia y se acepta como “natural” por las mayorías sistemáticamente desposeídas, que no conforman ni catalizan voluntad de resistir.

2.2.2. Hegemonía y disciplinamiento
El vocablo "hegemonía" tiene su origen en la palabra
griega hegeisthai (liderar). Hegemonía para nuestro abordaje será la supremacía conquistada por un ente (o grupo de éstos) sobre sus semejantes. Puede aplicarse la noción de hegemonía a una nación o conjunto de naciones que imponen de manera directa o indirecta sus políticas en el concierto internacional. O también a un grupo de personas o clase que prevalece sobre las otras dentro de una sociedad dada.
Antonio Gramsci fue quien trabajo profusamente los aspectos culturales, ideológicos, institucionales y de construcción de valores que instalara y reproducirá una hegemonía dada. Junto con otros autores marxistas, Gramsci sostenía que en la organización de una sociedad hay dos estadios. Uno infraestructural que está constituido por las fuerzas y relaciones de producción que se establecen entre ellas. Priman los aspectos económicos. Sobre este plano infraestructural se construye para consolidarlo y reproducirlo una superestructura conformada por instituciones, cultura, ideologías, prejuicios, tradiciones, creencias…y sentido común entre otros aspectos. Esta construcción, consecuencia de la infraestructura es también causa de su preservación. Por ejemplo, en una infraestructura donde las relaciones de producción se constituyen con capitalistas detentando la propiedad privada y explotando el trabajo asalariado de proletarios, tendremos a una superestructura donde las instituciones y leyes protegerán la propiedad privada, la creencia de que es natural que exista propiedad individual y no colectiva, el prejuicio de imputarle vagancia a aquellos que no sean propietarios…y el sentido común que indique que cualquier intento de cambio tiene por destino el fracaso.
Cuando un grupo ganador hegemoniza a la sociedad en la que se impuso, por medio del manejo de el sistema educativo, de las instituciones, del imaginario, de los medios de comunicación masivos, “naturalizará” su dominación. Esto es, adoctrinará a la población de que ese es el mejor de los mundos posibles y que nada puede salirse fuera del sistema. Y que si se lo intenta, es perjudicial para todos. El sistema de dominación reviste apariencia de factor “natural” imposible de ser cambiado. Así, al bloque hegemónico inicial, irá sumando a tantos actores como pueda a un sistema de pensamiento y comportamiento que es funcional al dominador (aunque sea perjudicial para el dominado) con pretensión de totalización sobre la sociedad entera. El cordero convencido de la legitimidad del derecho del lobo a alimentarse con carne ovina. Así el bloque hegemónico logra encolumnar dócilmente a toda la sociedad detrás de su proyecto sin tener que utilizar medios coercitivos ni el aparato represivo del Estado. Un Estado al que cooptan también.
En lo que a formación e inculcación de creencias, ideas, preconceptos y adoctrinamiento en general, Antonio Gramsci no pudo asistir al proceso desatado por la revolución de la informática y las comunicaciones. No conoció Internet, ni los multimedios masivos, ni la poderosa industria de la televisión y el cine, ni la explosión de las telecomunicaciones como red global, ni la ingeniería de los intangibles. La globalización, que va. Nos preguntamos que hubiera pensado respecto a las potencialidades de hegemonizar a escala planetaria si hubiera vivido para verlo.
Michel Foucault entiende al Poder como acciones que interfieren en otras acciones. No es necesaria que esa interferencia se de por medios violentos. El Poder busca siempre apariencias dóciles y libertarias. Re-huye a hacer ostensible el conflicto. Evita la coerción directa. Trata de totalizar desde arriba. Busca que todas las partes amolden sus conductas por consenso a lo que él desea que se haga.
Los dispositivos del Poder no los encontramos recluidos en las instituciones de manera estática, sino que trasvasan todas las relaciones sociales. Son dinámicos, fluyen constante y difusamente invadiendo todos aspectos. Están presentes (y actúan) tanto en los sujetos dominadores como en los dominados.
Heredero de concepciones nietzscheanas, Foucault también entiende que la “verdad” (es decir, lo que las sociedades consideran como verdad) es en realidad una conquista del Poder. No está en la naturaleza de las cosas el ser “conocidas” por el hombre. El acto de desear conocer a una cosa es un acto de voluntad de Poder sobre esa cosa. Es un sujeto, que, a través del conocimiento, quiere apropiarse de la cosa para si.
Cuando el Poder triunfa, cuando conoce, hace nacer creencias que se cristalizarán como correctas para todos, ordenando la vida social hasta en los aspectos más íntimos y dando lugar a conductas dóciles, inerciales, imitativas, reflejas, impensadas por todos. Lo “natural”, lo cotidiano, no se piensa. Otros ya lo pensaron por nosotros. Acá vemos también las huellas del filósofo Martin Heidegger y su “estado de interpretado”. No somos intérpretes de este mundo. Somos los interpretados. Estamos arrojados a un mundo que nos antecede y que ya fue interpretado por otro. Un mundo que lo pensó y lo conformó otro. ¿Quién es ese otro que pensó por nosotros? Quien sino el Poder … Por eso, pensar por uno mismo es subversivo. “Desnaturaliza” el orden “natural” de las cosas dispuestas por el Poder.
Foucault entendía que el Poder, en su concepción clásica-contractual de soberanía, esto es, cosificado y catalizado en una institución (el Estado soberano), es una herramienta necesaria pero insuficiente si lo que deseaba hacerse era dominar la moderna y compleja sociedad de postrimerías del Siglo XVIII. Al Poder soberano se le escaparían múltiples aspectos enmarañados, difusos y abstractos de una vida humana que necesita también controlar. Nace así la noción del Poder disciplinario que vigila y adiestra a los sujetos desde las instituciones (la escuela, el ejército, el hospital, la iglesia, la cárcel, la familia), las creencias (morales, religiosas) y el discurso del conocimiento (las ciencias).
A esta noción se conjugan la de Poder Pastoral heredado por el Estado de los pastores cristianos. Así el Estado lo ejerce relacionándose directamente con grupos y personas de manera individual para guiarlos a la consecución, no ya del paraíso, sino de un prometido bienestar que es armónico con el modo de producción imperante. En vez de realizar esta guía los pastores cristianos, lo hará el Estado a través de sus instituciones y funcionarios como médicos, maestros, policías, jueces e incluso la familia.
Por último, la de Bio-Poder, que es la continuación del derecho a disponer de la vida o de la muerte de las personas que tenía de antiguo el Soberano. El Bio-Poder pretende convertir a la vida misma en objeto administrable por el poder. La vida puede ser estimulada para su reproducción (sistema de salud universal, estímulo de la natalidad, fomento de la inmigración, respeto a los derechos humanos) o por el contrario reprimida para su constricción (sistema de salud mercantilizado, genocidio, políticas de contraconcepción, policía represiva, pena de muerte).
Vemos entonces acá como el Poder según las nociones de Gramsci y Foucault permean hasta la médula todos los aspectos de la vida social…y de los sujetos que la componen. El Poder soberano, represivo, institucional, estático y coercitivo deviene de importancia secundaria frente al complejo hegemónico y disciplinario a través de los cuales se controla a las sociedades y se las sujeta a determinado sistema de producción y distribución del excedente.

2.2.2.1. La acumulación por exacción financiera es aceptada como natural
Existen instrumentos simbólicos que se utilizan a manera de herramientas por las minorías con Poder para producir una exacción financiera del excedente en perjuicio de las mayorías. Estos son impuestos menos por la fuerza violenta y formal que por la “naturalización” pacífica de los mismos. Las mayorías desposeídas ven en que estos instrumentos que les organizan y condicionan sus vidas es algo “natural”…cuando en realidad es producto de una imposición.
Estos instrumentos se vertebran por medio de un “discurso” financiero hegemónico. Entendemos a discurso como una forma (no la única) de describir cosas o acontecimientos (elegidos ex profeso), con voluntad de verdad y capacidad de auto legitimación. Hay un discurso de las tradiciones, otro de las costumbres, otro de las creencias, otro de las religiones. Las ciencias también son una especie dentro del género del discurso. Las ciencias sociales (economía, política, sociología), subespecies. Y todas con pretensión de verdad. El discurso financiero es impuesto/aceptado como única realidad posible para regular y dinamizar determinados aspectos de la vida económica. Este discurso tiene efecto articulador y vehiculizador de todas las demás relaciones económicas, y su dominio auto-legitimante se derrama también a otros aspectos de la vida social.
Por medio del discurso, las mayorías desposeídas son disciplinadas en la aceptación del sistema sin discutirlo, como si fuese sino el único, o al menos el mejor de los mundos posibles. La disciplina es un conjunto de conocimientos (conformados por el discurso) con capacidad de control. Cuando estamos en la Universidad estudiando una carrera (por ejemplo economía) estamos asimilando un discurso económico determinado. Seguramente el imperante de la época que nos toque. Seremos “formados” académicamente en este discurso a través de un sistema de autoridad que se nos derrama sobre nosotros constituido por el docente, la bibliografía oficial, el plan de materias, el régimen de cursado, los exámenes. Superado este complejo, obtendremos la graduación como profesional habilitado. Estamos ya disciplinados para mantener y reproducir determinado discurso. Y controlar que nadie se salga de él. Cuanto más nos formemos…más dóciles y funcionales seremos al Poder.

3. La Crisis Actual y la Exacción Financiera
La breve reseña de la crisis actual tal vez nos lleve al año 2001 con la explosión de la burbuja de internet. Los agentes dotados del Poder de manejar la información, construir preconceptos y manipular las expectativas hicieron que los sitios de Internet surjan en el imaginario como fuente de riquezas. Por lo que hacia allí se dirigieron las inversiones de capital. Ustedes imaginen, todo un sistema de evaluadoras de riesgos, consultoras, operadores de reconocida trayectoria, especialistas y académicos de prestigio, publicaciones científicas, empresas de medios masivos de comunicación indicando que es en los sitios de Internet donde debía invertirse por lo lucrativo y seguro que esto resulta…Así se genera una vía de inversión ficticia para canalizar la super liquidez que no puede orientarse a invertir en la producción de bienes que no son demandados. No hay demanda solvente agregada que pueda absorber esos bienes. Pero es necesario mantener la tasa de ganancia, así que a través de la fantasía financiera se generan nuevos receptáculos de inversión que permitan el avance del crecimiento de utilidades. Esto tenía que explotar, claro. Cuando lo hicieron el engaño de las punto.com de la burbuja de Internet, el capital se dirigió a otras variantes especulativas.
La Reserva Federal de Estados Unidos baja en dos años el precio del dinero del 6.5 % al 1 %, esto es, las tasas de interés. Por ello todas las colocaciones financieras en bancos o relacionadas, pierden rentabilidad. Es por ello que debía aparecer alguna variante nueva para poder canalizar la liquidez de manera lucrativa. Y es allí que surge el mercado inmobiliario de viviendas.
Las propiedades inmobiliarias para vivienda familiar en los Estados Unidos registraban cotizaciones elevadas fictas que no se condecían con la economía real. Y los bancos, buscando lucro, entonces se involucraron fuertemente en el negocio de las hipotecas para adquirir estas propiedades. Y empiezan a dar créditos hipotecarios masivamente a la población para comprar estas propiedades sobrevaluadas. El punto es que no escatimaban mucho en la solvencia y capacidad de repago de los tomadores del crédito. Si el tomador del crédito era solvente, la hipoteca era calificada como prime y se otorgaba. Si el tomador no era tan solvente, la hipoteca era calificada subprime y se la otorgaba igual. Se suponía que en los años venideros el valor de las viviendas aumentaría más todavía. Entonces, si el tomador del crédito hipotecario subprime no pagaba en el futuro, se le ejecutaba la casa que para esas alturas ya valdría mucho más y con ello se recuperaba (y con ganancias) lo prestado por el Banco.
Como el esquema de explosión de concesiones de créditos hipotecarios funcionaba bien, los bancos norteamericanos necesitaban fondearse a su vez para seguir concediendo más créditos. Como esta actividad de dar tanto crédito (y a su vez pedirlo para fondearse y poder dar otra vez más créditos) podía contravenir las normas internacionales de auto-regulación del sistema financiero de los acuerdos de Basilea (que exigen cierto equilibrio entre el activo y el pasivo de los bancos) los bancos norteamericanos idearon una batería de mecanismos para burlarlas.
En primer lugar crearon entidades satélites jurídicamente distintas (pero subordinadas en los hechos) que no eran ni sociedades ni bancos. Estas entidades eran trust o fondos de escaso desarrollo institucional-regulatorio. Los “conduits”.
En segundo lugar “securitizaron” (titulizaron) los créditos hipotecarios que los bancos habían otorgado. Esto es hacer “paquetes” con un número determinado de hipotecas conferidas, representarlas en un título valor y salir a vender luego este título. ¿Cómo es esto? El título prometía pagar en el futuro una cantidad de dinero superior al precio que uno lo compraba en el presente. Esto es, compro al título a diez hoy, recibo por ese mismo título quince mañana. ¿Y como se yo que ese título me va a poder pagar esos quince mañana? Porque a ese título están atadas un paquete de hipotecas. Con los que los tomadores de esas hipotecas vayan pagando por las cuotas de sus viviendas, se fondea el título y mañana puedo cobrar esos quince que el título me promete. Son los Mortgage Backed Securities. Títulos garantizados con hipotecas. Se trata de un encadenamiento abstracto y peligroso. Porque si falla un eslabón, se corta la cadena y tendremos un problema generalizado.
Así los bancos titulizaron las hipotecas y las salieron a vender al mercado. ¿Quienes les compraban esos títulos a los bancos? Sus propios “conduits” subordinados lo hacían en primera instancia. Después éstos, a su vez, salían a venderlos por el mundo. ¿Y cómo es que alguien se atrevía a comprar estos títulos dudosos? Acá entra otro factor de la simbología financiera operada por sujetos con Poder. Son las agencias calificadoras de riesgo. Estas agencias tienen que dictaminar si un activo financiero (el título) es bueno o es malo. Esto también es una imposición de Basilea. ¿Cómo burlar esto? Con más alquimia simbólica. En los paquetes de hipotecas se juntaba todo, esto es, hipotecas buenas (prime), con regulares y con malas (subprime). Así supuestamente el riesgo del titulo garantizado con hipotecas se diversificaba, y la agencia calificadora lo dictaminaba como bueno otorgándole un AAA (la mejor nota). Y el título se convertía en muy confiable.
Pues bien. Los bancos de los Estados Unidos llenaron al mundo de estos títulos. Y paso lo que pasa cuando la economía real, al fin, golpea la puerta. Quienes debían pagar las cuotas de sus hipotecas (el cimiento del sistema) no lo hicieron por su insolvencia. Cuando se les fue a ejecutar sus viviendas, estas no solo que no habían aumentado su precio (recuérdese que estos estaban “inflados”) sino que directamente habían bajado. Al rematar la vivienda, no se conseguía ni siquiera recuperar los montos prestados en crédito. Así se trastocó la base del esquema, y los títulos (Mortgage Backed Securities-MBS-) devenían en impagables y la crisis explotó.
Los MBS figuran en las tenencias de los más importantes bancos y financieras, inundando el mundo. El grado de volumen e incobrabilidad de estos títulos es aún hoy un interrogante, pero las perspectivas no son alentadoras. Los Bancos que los registran en sus balances no confían los unos en los otros. El gobierno de Estados Unidos y las principales economías europeas idean planes de rescate para palear a crisis. Todos son, dado que surgen del Estado, solventados por el fisco. Es decir, con dinero de los contribuyentes. Veamos en particular el caso de los Estados Unidos.

3.1. América al rescate del sistema financiero: un caso de acumulación por exacción financiera a gran escala.
El Estado norteamericano asiste al sector privado financiero que originó esta última crisis a través de ingentes recursos y múltiples acciones.
Tenemos por ejemplo la compra de acciones por parte del gobierno federal de firmas al borde del quebranto para salvarlas. El caso más ilustrativo es el que se realizó con las firmas de crédito hipotecario Fannie Mae y Freddie Mac. Estas firmas tuvieron un origen público Fannie fue fundada en 1938 por Roosevelt en pleno New Deal keynesiano. Freddie bastante más tarde, ya en 1970. El Estado las instauró con el fin de estimular el acceso a la vivienda a través de créditos hipotecarios, cuando los bancos eran reacios a dar esos créditos. Funcionan entonces como prestamista de última instancia del sistema hipotecario. Pero cuando se ve que el negocio marcha bien (y como siempre ocurre en el capitalismo) el Estado se retira para cederle al sector privado la dura tarea de apropiarse de las ganancias. Fannie y Freddie se “privatizaron”. Hoy son las dos mayores entidades hipotecarias del país. Ambas empresas respaldan casi la mitad de los créditos hipotecarios o prestamos especiales, reuniendo unos 6 billones (anglosajones) de dólares de hipotecas.
Pero cuando se ve que las cosas marchan mal, suena la hora de que el Estado regrese para hacerse cargo de la “natural” tarea de absorber las pérdidas. Como siempre ocurre en el capitalismo. Y así ocurrió en esta crisis con Fannie y Fredie. El gobierno de EEUU produjo la mayor intervención de la historia del sector bancario de ese país. El Estado norteamericano les ha destinado 200 mil millones de dólares para salvarlas de la quiebra.
El caso se repite con otras firmas privadas. Además el Estado norteamericano socorre también con millonarios préstamos al sistema financiero, mientras los organismos de regulación crearon varios mecanismos de asistencia para evitar las quiebras de los alquimistas de las minorías operadoras del mercado financieros. Estas intervenciones públicas estatales de salvataje al capital privado dieron lugar a que el economista Nouriel Roubini se refiera irónicamente a ellas como el nacimiento de la USSRA (United Socialist State Republic of America). Las acciones de auxilio del gobierno estadounidense conllevarían la intervención socialista estatizante más grande desde el advenimiento del comunismo en la Unión Soviética y China. Claro que se trata de socialismo particular. Beneficia a los ricos de Wall Street...y es solventado por los impuestos de los pobres
[5]. Transferencia del excedente producido por las mayorías (sin Poder) hacia las minorías (con Poder) por medio de mecanismos de exacción financiera.
Pero hay todavía más acciones de salvamento público de bancarrotas privadas.
En esta situación de crisis, las deudas garantizadas con hipotecas son denominadas “activos tóxicos” y, comprensiblemente, los títulos que las representan no los quiere nadie. Por ello, allí aparece una vez más el Estado con el “Programa Público Privado de Inversiones” para la compra de estos activos tóxicos. ¿Por qué público-privado? Porque participan los dos sectores. Pero no de manera equitativa. Como siempre ocurre en el capitalismo. De éste modo, para la compra de estos activos dudosos se constituirán fondos de inversión público-privado. Cuando se compre un activo tóxico, el 15 % lo solventará un privado y 85% lo solventará el gobierno a través de un préstamo. La devolución del préstamo del gobierno se garantiza solo con ese activo tóxico que se compró. Y la administración de estas operaciones queda a cargo de gestores privados.
El plan se nutre de la concepción de que los activos tóxicos están subvaluados porque todo el mundo está convencido de que son muy malos, y en realidad no lo son tanto. Estos activos tóxicos los tienen todos los bancos, por eso los bancos no se fían los unos de los otros entre si. Cuando se constate de que los activos tóxicos no son tan malos como se creía (gracias a este plan público privado que los movilizará) se reestablecerá la confianza entre los bancos y el problema de falta de crédito se superará.
Veamos ahora como funcionaría el programa. Si el activo tóxico se compra a 100 dólares, el agente privado que lo compre pondrá 15 dólares y el gobierno 85 dólares a través de un préstamo. El banco se lo sacó de encima. Si después de un tiempo y cuando las cosas se tranquilicen el activo sube a 150 dólares, el privado recuperará sus 15 dólares, el gobierno sus 85 dólares, y sobre los 50 dólares se le pagan los intereses al gobierno quedando el resto como ganancia del agente privado. Gran negocio para el privado.
¿Pero que tal si (como todo parece indicar) esos activos tóxicos son tan malos como se cree? Insistimos que toda la garantía de pago está dada por la venta a futuro que se haga del activo tóxico. Entonces, si después de comprarse a 100, el precio queda clavado allí, el privado y el gobierno quedan en una situación de empate respecto a lo que invirtieron al comprarlo. Pero si el activo de 100 cae luego a 50 y este es el precio que se debe vender, el privado solo perderá los 15 que puso…mientras que el gobierno perderá 35. Dicho en otras palabras, por la toma de este activo dudoso, el privado corre con un 15% del riesgo y el Estado con un 85%. Sin embargo, a pesar del menor riesgo que corre, la operatoria será conducida por agentes privados del mundo de las finanzas. Con el agravante que estos agentes son precisamente aquellos cuyos manejos dispararon la crisis. La solución se pretende entonces de la mano de los que ocasionaron el problema. Al decir de Paul Krugman, todo semeja a un programa de subsidio al sector privado para que ése minimice riesgos en la compra de activos malos. Riesgos que quedan en cabeza del Estado. Es el típico esquema de privatizar ganancias y socializar pérdidas.
El paquete de salvataje del Presidente Obama para la crisis en su país es de 800.000 millones. Si le sumamos los 380.000 millones que falta gastar del salvataje del ex presidente Bush, llegaríamos 1.180.000 millones de dólares. O, según la denominación anglosajona, 1,1 trillones
[6] de dólares. Todo solventado por el Estado. Por los contribuyentes. Por las mayorías.
¿Que significa esta cifra? Cuanto es lo que se gasta en el rescate de quienes ocasionaron tamaño desfalco?
Según una estimación del FMI para el año 2008, 1.1 trillón de dólares es el 8% de PBI norteamericano (14.264.600 millones de dólares). Para misma fuente, el PBI de Argentina para el 2008 es de 572.860 millones de dólares. Lo que equivale al 48% (cerca de la mitad) de la suma comprometida en el salvataje. La suma del rescate (1,1 trillones) equivale también a los ingresos por un año de la administración federal de los EEUU en concepto del pago del impuesto individual a las ganancias (Individual Income Taxes) que tributan los ciudadanos contribuyentes. Impuesto que representa el 45% de los ingresos del tesoro federal norteamericano.
¿Será que toda esta aventura financiera de las minorías con Poder van a desposeer a los contribuyentes norteamericanos a través de pago de impuestos que solventan los paquetes anticrisis? ¿Estos mecanismos de acumulación por exacción financiera solo capturarán el excedente producido por los trabajadores norteamericanos? Lo dudamos mucho.
La cifra del rescate es equivalente también al déficit presupuestario de los Estados Unidos contemplado para el año 2009. Estados Unidos viene con déficit en fiscal (recauda menos de lo que gasta) y de cuenta corriente (vende al mundo menos de lo que compra) desde hace tres décadas. Éstos déficit gemelos son financiados por todo el mundo
[7]. ¿Cómo ocurre esto? Vamos al dólar y su historia reciente.

3.1.2. El orden de Bretton Woods
En el año 1944 cuando se avizora claramente un final de la Segunda Guerra Mundial que será favorable a los aliados, se hace necesario definir el nuevo orden económico de la postguerra Lo que se lleva a cabo a través de los acuerdos de Bretton Woods que son las resoluciones de la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas, realizada en el complejo hotelero de Bretton Woods, New Hampshire, en julio de ese año.
Los Estados Unidos de América surgían como el Poder en ese entonces. Su suelo no había sido alcanzado por los estragos de la guerra por lo que su capacidad productiva estaba intacta. Es más, esta capacidad productiva estaba aún potenciada por el esfuerzo colectivo que implica una guerra. Una guerra que estimula al complejo tecnológico industrial a producir para satisfacer una demanda sin limitaciones como la configurada en una conflagración bélica.
En aquella época, las monedas fuertes eran convertibles en oro. Y los Estados Unidos atesoraban el 70% de lar reservas auríferas mundiales. Además de ser el país con el aparato productivo más poderoso, era un acreedor fuerte de las deudas contraídas por el resto de las potencias por causa de la guerra. Se proponían los EEUU desde luego a institucionalizar esa abrumadora preponderancia.
Los Estados Unidos querían proveer a la construcción de un mercado mundial donde poder colocar su producción. Los problemas de balanza de pagos de los países podrían configurar un limitante para la demanda agregada mundial que debería absorber la super-producción americana. Por lo demás, también estaba la cuestión de definirse cual sería el medio o moneda de intercambio mundial. La moneda es Poder. Y los Estados Unidos querían imponer la suya.
La disputa en Bretton Woods se centró en dos posiciones, la británica liderada por John Maynard Keynes y la norteamericana representada por Harry Dexter White. Lord Keynes propugnaba la creación de la Internacional Clearing Union, una entidad en donde todos los países tendrían abierta una cuenta de Bancors. El Bancor sería la unidad monetaria creada para el comercio internacional, medio de pago de importaciones y exportaciones. Esta cuenta en la Clearing Union debería tender a cero, como reflejo del equilibrio de la balanza de pagos de cada uno de los países. Si un país acopiaba muchos bancors en su cuenta, esto significaba que ese país estaba vendiendo más de lo que compraba al resto de los países, lo que desequilibraba el sistema. Para desalentar esto, se imponía un pago por el excedente de Bancors en la cuenta, estimulándose así que los países superavitarios inviertan en importaciones provenientes de países deficitarios, equilibrándose la balanza. A su vez, los países deficitarios si querían seguir importando a pesar de su déficit, deberían fondearse de Bancors, pagando un costo en intereses por eso, lo que resultaba un desincentivo a continuar importando.
Es diáfano ver que para un país que deseaba colocar su cuantiosa producción industrial el mercado mundial, que era un acreedor de las otras potencias y que contaba con el 70% de reservas auríferas mundiales, el sistema de equilibrio alentado por Keynes no era el objetivo buscado. Estados Unidos era ese país y su móvil no era favorecer el equilibrio, sino consolidar su hegemonía. En Bretton Woods se dirimían cuestiones de Poder. Y en esta línea Estados Unidos hizo valer el suyo.
En Bretton Woods se instaura el patrón oro dólar. Todas las monedas del mundo se referenciarán entonces en el dólar americano. Y el dólar a su vez se referencia en el oro. Estados Unidos impone de este modo su moneda como el medio de cambio del comercio internacional y de reserva de valor. Los países aceptan el sistema, ya que además de la cuestión de Poder, prefieren por otra parte tener sus reservas en dólares en una cuenta de un banco americano devengando intereses que en oro inmovilizadas sin dejar rédito alguno.
Para palear los problemas de balanza de pagos que podrían tener los países compradores de la producción norteamericana, surge el Fondo Monetario Internacional con la misión de dotarles de liquidez en caso de que por déficit no cuenten con la divisa suficiente para seguir manteniendo su nivel de compras. Para las necesidades de financiamiento de infraestructura, se crea el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento o Banco Mundial.
Esta institucionalización de Bretton Woods del Poder norteamericano es alimentada, reproducida, corroborada y sustentada en los hechos por la realidad económica del momento. Sin embargo, con el devenir de los años comienzan a registrase cambios. Ya por los años 60, Estados Unidos pasa a poseer el 22% de las reservas de oro mundiales, contra el 70% que supo tener dos décadas antes. Con lo que EEUU debe ir produciendo devaluaciones parciales de la cotización del dólar respecto a la onza de oro. Se nota además por esos años el uso que hacía los EEUU de su señoriaje de la moneda internacional de cambio y reserva (el dólar) para mantener su poder hegemónico. En este periodo el economista y asesor del presidente francés Charles De Gaulle, Jacques Rueff argüía
No es posible que los estados acreedores no terminan por darse cuenta un día, que mediante la acumulación de activos-dólar, son ellos los que pagan, al menos mientras la repatriación de las sumas colocadas en los EE.UU. no haya sido obtenida, los bienes reales adquiridos en su propio territorio por los americanos. Es, pues, a sus expensas que los EE.UU. compran fábricas, empresas, sociedades o aún financian algunos de sus gastos de ayuda o de prestigio
[8].
Hay alguna reacción de las potencias europeas que aumentaban su tendencia convertir sus reservas en dólares a oro. Esto lleva al cenit de la demostración y ejercicio del Poder que realiza los Estados Unidos. El 5 de Agosto de 1971, el presidente Richard Nixon declara inconsulta y unilateralmente la inconvertibilidad del dólar en oro. Casi una nacionalización de las reservas monetarias que las otras potencias tenían en dólares. La consecuencia es que los Estados Unidos pueden emitir dólares sin ningún anclaje en oro que lo limite. Desde hace tres décadas los Estados Unidos registran déficit fiscal y en su balanza comercial, que es cubierto y solventado por su emisión fiduciaria (sin respaldo) de dólares. Si está emisión incremental de medios de cambio simbólicos (el dólar) no encuentra su correlato y equivalencia con el incremento de la productividad real y del equilibrio comercial de los Estados Unidos… ¿Qué es entonces lo que la sustenta? Es el Poder, que otra cosa…
Hoy los Estados Unidos han cedido su primer lugar a la Unión Europea como primera economía mundial. Su riqueza ya no es comparativamente superior a la del resto del mundo sumado como supo serlo a mediados del siglo XX. Hoy oscila el 20% de la riqueza mundial. Sin embargo, su gasto militar representa el 48% del gasto global en la materia. Lo que le da una superioridad abrumadora en el uso de la violencia organizada, a la que puede recurrir (y de hecho recurre) de manera unilateral. Su cultura e idioma hegemonizan ideológicamente al resto del mundo, mucho más en tiempos de la una revolución de la información y las comunicaciones (Internet, telecomunicaciones, medios masivos de comunicación concentrados). Los centros emisores de esta revolución se encuentran en los Estados Unidos. En California tiene su asiento Apple, Silicon Valley, Hollywood y Google. En el Estado de Washington se radica Microsoft. En Georgia tiene su sede central la Cable News Network (CNN). Como también los focos académicos formadores de pensamiento encuentran locación en EEUU. La Universidad de Harvard está Massachussets, la de Yale en Connecticut y la Chicago en el estado del mismo nombre. .
Parece funcionar acá la tesis de los vasos comunicantes expuesta por Luis Dallanegra Pedraza. Los actores hegemónicos para conservar su preponderancia, tratarán de operar compensando la falta de poder en un segmento, usando el poder en otro segmento en donde tienen una situación de mayor fortaleza (Dallanegra Pedraza, 1998).
Hardt y Negri usan la alegoría de las tres capitales del Imperio: la capital económica es New York, la militar es Washington D.C y la de la información es Los Ángeles. En este temperamento, los Estados Unidos compensarían la perdida de poder económico de New York con un Washington amenazando con llevar la guerra a cualquier confín del planeta y un Los Ángeles irradiando un discurso que disciplina en el acatamiento sin cortapisas al liderazgo cultural norteamericano. Esta hipótesis que formulamos es provocativa, requiriendo de mayor profundización.
La emisión -impostura del dólar al mundo es un acto de Poder que permite a una minoría extraer por este instrumento financiero simbólico (divisa norteamericana) el excedente que produce el resto del orbe. Este acto de Poder se sustenta en una importantísima gravitación económica de los EEUU, pero también (tal vez más que lo primero) por su hegemonía cultural y supremacía militar.
Así el complejo de instrumentos extractores del excedente de las finanzas simbólicas se podría estructurarse de manera piramidal. Estando en la cúspide la emisión del dólar, los instrumentos inferiores se ordenan subordinados a los superiores. Todos extrayendo excedente en su estamento de actuación. Pero en la cima, el dólar. El dólar, emisión que no es soberana de un Estado, sino privada de la cúpula de la minoría financiera que opera la ingeniería extractiva.

El Complejo Extractivo Financiero
Fuente: Elaboración propia
3.1.2.1. De la Reserva Federal de los Estados Unidos. A imprimir dólares.
La Reserva Federal (FED) es el sistema bancario central de los Estados Unidos. Se trata de una entidad privada compuesta por doce bancos. Si bien es independiente del Gobierno, cuenta con un consejo que la supervisa cuyos miembros son designados por el Presidente de los EE.UU y confirmados por el Senado. Aún así, las decisiones de la Reserva Federal no tienen que ser aprobadas por el gobierno y en los hechos de maneja de manera muy independiente.
Una liga de doce bancos componen el sistema de la FED. Estos bancos se integran por capitales privados. Por ejemplo, en el Banco de la Reserva Federal de New York (uno de los 12) tienen participación de capital los conocidos JP Morgan, Chase Manhattan Bank, Samuel Goldman Sachs y Rockefeller Chemical Bank entre otros.
Son responsabilidades de la Reserva Federal el conducir la política monetaria de los Estados Unidos, regular sus instituciones bancarias, mantener la estabilidad del sistema financiero y proveer de servicios financieros a las instituciones de depósito, al gobierno y a instituciones oficiales extranjeras.
El sistema de la Reserva Federal desafía las concepciones asimiladas por nuestro conocimiento de las instituciones públicas clásicas. La denominada Reserva Federal no es reserva, ya que no mantiene ninguna reserva por ley. Tampoco es federal, ya que no es una institución gubernamental. Es una liga de bancos privados que no pagan impuestos, pero manejan la política monetaria de un país. Sus dueños no tienen porque ser norteamericanos, y de hecho muchos de ellos no lo son. Por lo demás, el acuñar moneda es soberanía del Congreso según lo establecido por el articulo I sección 8 de la Constitución de los Estados Unidos. Sin embargo, es la Reserva Federal la que ejerce el señoriaje de la divisa oficial de EEUU. Es la FED la que emite los dólares.
Tenemos así que el instrumento número uno para la exacción financiera del excedente producido por las mayorías (el dólar) es creado y regulado por una corporación financiera privada: La FED. Una minoría financiera gerencia el mecanismo de la emisión y flujo del dólar. Esto es algo totalmente lógico, y nada tiene de oculto ni conspirativo. Es una conclusión que surgiría natural del relato que venimos efectuando aún cuando no contáramos con el dato concreto y empírico que así lo corrobora.

4. Algunas conclusiones
Recorrimos en estas líneas el intento de conceptualizar el modo de acumulación por exacción financiera. Este modo de acumulación despoja desde lo externo a las mayorías del excedente que estas produjeron y lo transfieren a minorías de manera silente y sostenida. Para ello, el sistema de acumulación por exacción financiera precisa de un Poder que se despliegue sobre las mayorías en formas de hegemonía cultural y disciplinamiento social, junto con los dispositivos institucionales ya clásicos y coercitivos.
Deteniéndonos en la crisis actual, llegamos a la conclusión que es un macro caso de acumulación por exacción financiera en donde minorías operadoras de las variables de la economía simbólica financiera despojaran del excedente a las mayorías constituidas por:
· Los ciudadanos de los Estados Unidos que a través de sus tributos y la perdida de bienes sociales solventarán los paquetes gubernamentales de rescate al sector financiero.
· Los sectores populares del resto de los países del mundo que deberán incrementar la transferencia de excedentes a un Estados Unidos que financiará los costos de la crisis por medio de la emisión de más dólares que colocará por el resto del mundo.
Es de preverse que la pugna del concierto de los países se dirigirá a establecer si éstos van a seguir financiando a los Estados Unidos a través de la aceptación del dólar como la moneda de intercambio y de reserva mundial, o van a buscar otros mecanismos monetarios. China ya ha expuesto la cuestión abiertamente y busca celebrar acuerdos bilaterales con los países con los cuáles comercia para prescindir del dólar en los intercambios y así ir coartando la hegemonía de la moneda norteamericana. La Unión Europea ha puesto reparos a los Estados Unidos respecto a efectuar más programas de rescate estatal colosales, ya que se sabe que esto se traduce en imprimir dólares e inundar al mundo con ellos. Esto devaluará el dólar, lo que la tornará competitiva la producción norteamericana frente a otros países. Cómo también por la baja del valor de las reservas que estos otros países tienen en dólares.
La Argentina mantiene sus reservas colocadas en los Estados Unidos y en dólares. No obstante ha realizado interesantes avances con el Brasil para realizar su comercio bilateral en las monedas soberanas de ambos países.
Es de esperar que los Estados Unidos de América no resigne fácilmente la hegemonía del dólar, consecuencia y causa importante de su Poder en el mundo. Colegimos que intentarán defender la institucionalidad de Bretton Woods que consolida su preponderancia, a pesar de que hayan variado los factores que la hicieron nacer hace más de medio siglo. Tampoco podrán virar, a pesar del cambio de administración presidencial, a un lato pacifismo. El militar es el campo donde EEUU, por su predomino excluyente, tendrá que compensar la perdida de peso en otros rubros. En lo cultural su preeminencia puede verse resentida, pero un ocaso en esta área no es cosa de años sino de generaciones.
Por lo pronto nos toca a nosotros, sujetos periféricos, la tarea de ir deconstruyendo y desnaturalizando desde la intelección y la acción estos mecanismos de exacción financiera. La migración permanente del excedente producido en nuestra nación a otras latitudes (por ejemplo a través del mecanismo de exacción que configura el pago de la deuda externa ilegítima y saldada hace décadas de no haber mediado tasas de interés usurarias) trastocan toda posibilidad de erigir a nuestro país en un espacios autónomo de acumulación nacional con equidad distributiva.































5. Bibliografía.

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Sun Tzu: El Arte de la guerra. Editorial Taschen Benedikt, Madrid, 2006
Von Clausewitz, Karl: De la Guerra, Ediciones del Ministerio de Defensa de España, Madrid, 1999


[1] Como por ejemplo sucede al obrero (desapropiado) ante el capitalista dueño de la fábrica (desapropiador) que se adueña de la plus valor generado por el trabajo obrero en el proceso productivo fabril.
[2] Dinero. Cualquier mercancía que sea aceptada ampliamente en una sociedad como medio de pago y medida de valor de los bienes y servicios. Como medio de pago, el dinero es el objeto que se transfiere entre las partes cuando se efectúa un pago. (Sabino, 1991) Esa mercadería en el pasado lo constituía la sal o cabezas de ganado, luego los metales preciosos, para pasar a la moneda acuñada, luego el billete y actualmente lo son los impulsos electrónicos través de sistemas bancarios.
[3] Entender esto en nuestros días ya no es tan difícil dado que ahora el dinero ni siquiera consiste en papel o metal, sino que es ahora impulsos eléctricos inmateriales y abstractos en cuentas bancarias.
[4] Conferencia Internacional La obra de Carlos Marx y los desafíos del Siglo XXI.

[5] Ver Zaiat, Alfredo, “Nació la Ussra”, en Página 12, Sábado, 13 de Septiembre de 2008, Buenos Aires.

[6] Son 1.180.000.000.000 dólares.
[7] Hoy China por ejemplo tiene en títulos norteamericanos 800.000 millones de dólares (800 billones anglosajones). Un 60% de su déficit anual.
[8] En Goransky, Jacob: Dinámica y Crisis del Sistema Capitalista Mundial, Instituto de Estudios y Formación de la CTA, Buenos Aires, 2004.